jueves, 26 de mayo de 2016

Artículo

Llega la caballería


Regimiento de Caballería en el cuartel de la calle Vitoria. ARCHIVO MUNICIPAL DE BURGOS


Más de 300 años de aniversario ha celebrado ya el Regimiento de Caballería Ligero Acorazado ‘España’ número 11. Aunque ahora se encuentra ubicado en Huesca, fue creado en Extremadura en 1659 bajo el nombre de ‘Trozo de Caballería de Estremadura’ y de allí pasó a Burgos y, en 1968, a Zaragoza, ciudad a la que sigue vinculado por la celebración de diferentes actos militares. En su origen vestían con pantalón gris celeste y eran distinguidos por la banderola de sus lanzas, que era amarilla.

Su nombre es una tradición en sí mismo, dado que ya no realizan maniobras con caballos. En su lugar, los acompañan Centauros, pues ese el nombre que tienen los vehículos de reconocimiento y combate con los que cuentan. El Regimiento es conocido por su versatilidad, la posible movilidad por todo el terreno debido a los vehículos acorazados, motos, camiones y vehículos ligeros que utiliza y que le permiten una gran velocidad de actuación.

A su paso por el cuartel de San Pablo en Burgos, el Regimiento contaba con 600 hombres entre soldados y tenientes, además de un total de 550 caballos. Actualmente, está compuesto por el Grupo de Caballería Ligero Acorazado y el Grupo de Caballería de Reconocimiento Numancia. Entre ellos hacen un total de 600 hombres y mujeres. Es decir, con el paso de los años se ha visto reducido el número de animales, que han sido sustituidos por vehículos debido al desarrollo tecnológico, pero el número de efectivos sigue siendo el mismo.

Como es natural, a lo largo de su historia el Regimiento de Caballería ha realizado muchas labores de combate y, sobretodo, operaciones de paz tanto dentro como fuera de España. Por ello, ha sido condecorado con medallas militares y una Cruz Laureada de San Fernando, la máxima recompensa militar. Todas estas importantes condecoraciones las lucen en su Estandarte. Debido a su larga trayectoria, este Regimiento ha estado presente en muchas de las situaciones históricas del panorama nacional como la Guerra de Independencia, y la Guerra Civil.

A su paso por las diferentes ciudades, compartió cuartel con otros Regimientos, e incluso cambió de nombre en algunas ocasiones como durante su estancia en Burgos, cuando pasó a llamarse Lanceros de Borbón. Fue en esta provincia donde el escuadrón realizó más mudanzas. Comenzó en la capital, en el cuartel de Caballería de la calle Vitoria, pasando después a la otra orilla del río donde se encontraba el antiguo convento de Dominicos de San Pablo. Finalmente, acabó en la base militar de Castrillo del Val antes de pasar a Zaragoza.

Acto público en el cuartel de Caballería. ARCHIVO MUNICIPAL DE BURGOS

Las principales labores que realiza el Regimiento son misiones de reconocimiento, de seguridad, de combate y de mantenimiento de la paz. Para ello realizan a diario labores de entrenamiento que les permitan estar en las condiciones óptimas para cuando se les necesite.

Editorial

Recuerdos históricos que no se recuerdan


Han pasado décadas desde que Burgos fuera conocida como la ciudad de los cuarteles. Gran cantidad de oficiales y edificios pertenecientes a la milicia ocupaban sus calles, formaban parte de la vida activa de la ciudad, así como aportaban que ésta tuviera un reconocimiento especial entre otras ciudades del país.

Hoy en día, Burgos es una ciudad muy turística dentro del panorama nacional. Sin embargo, toda la historia militar que acompañó a la ciudad durante el siglo XX, no es algo que se refleje en las guías turísticas. Es cierto que, hoy en día, las figuras militares no tienen tanta importancia como antaño, ni son tan numerosas, ni se hacen tan presentes. Las bases militares ya no se encuentran en las partes céntricas de las ciudades, más bien a las afueras de las capitales, y sólo desfilan y aparecen públicamente cuando se trata de una ocasión especial como el día de las Fuerzas Armadas o el día de la Hispanidad.

La arquitectura de la capital burgalesa está llena de edificios que, anteriormente, pertenecían al Ejército y que pasaron a ser propiedad del Ayuntamiento convirtiéndose en casas culturales. Son edificios como la Casa del Cordón o la antigua Academia Preparatoria Militar, los cuales encontramos por toda la ciudad. Aunque su encanto no es comparable a los mayores atractivos burgaleses, los que encontramos en el centro deberían ser mencionados con su historia en las guías turísticas debido a su importancia en el desarrollo de la ciudad y, en general, en la historia del Ejército español.

Uno de estos edificios, que puede considerarse de interés turístico y que sigue siendo una propiedad militar es el Museo Histórico Militar de Burgos, antiguo Palacio de Capitanía, que alberga en su interior recuerdos pertenecientes a los diferentes cuarteles. La ventaja con la que cuenta este lugar es que es un edificio que llama la atención y que se encuentra justo frente a la oficina de turismo. Aún así, son muy pocos los que deciden dirigirse dentro para seguir disfrutando de su interior.

No debemos dejar que una historia tan importante como la de esta ciudad se pierda. De todo el mundo es conocido el relato del Cid, presente en cada rincón, pero pocos son conocedores la historia militar. Podemos hablar tanto de la juventud burgalesa como de los turistas que vienen de fuera. Debería ser potenciado el encanto turístico de estos edificios y seguir haciendo presente la historia militar que, con su presencia, ha hecho de la ciudad lo que es hoy en día.

Reportaje

El solar de los cambios



Paseando hoy en día por la orilla del río Arlanzón llegamos hasta el Complejo de la Evolución, referente tanto para los burgaleses como para turistas. Es uno de los mayores atractivos turísticos de la ciudad de Burgos, con una media de 248.000 visitantes al año. Sin embargo, esta no ha sido siempre la estampa que encontramos. Observando de frente edificios más antiguos como el Teatro Principal, y dejando a un lado el puente de San Pablo, nadie parece recordar que este mismo dio nombre a un convento y posterior cuartel durante cientos de años.

Cuartel de San Pablo. MUSEO MILITAR DE BURGOS

El cuartel de Caballería, residencia de Regimiento de España nº 11 durante algo más de un siglo, contribuyó a que Burgos fuera, tiempo atrás, conocida como ‘la ciudad de los cuarteles’. Es, posiblemente, el edificio que más reformas sufrió de los que allí se construyeron. En una ciudad con tanta historia militar, cuna de el Cid, uno de los mayores batalladores de nuestro país, la abundante presencia de figuras militares que le acabaron dando este apodo no es motivo de sorpresa.

Fue en 1753 cuando se levantó un cuartel en la calle Vitoria, siendo de los primeros de la ciudad, para solucionar el problema que suponía el que los ciudadanos tuvieran que alojar a los soldados en sus domicilios por falta de espacio. Allí se encontraba el Regimiento de Caballería hasta 1931, que se trasladaron al otro lado del río, cruzando el puente de San Pablo, para ocupar el convento que lleva el mismo nombre. Paso así este a ser cuartel de San Pablo.

La fachada del primer cuartel ocupaba 162 metros. Primaba la anchura frente a la profundidad, dado que de esta forma era posible mostrar todo el esplendor con el que contaba el edificio, la enormidad. A su vez, en su construcción, fue decorado excesivamente.

Con el paso del tiempo, las historias y los rumores han ido creciendo. Se dice que uno de los motivos por los que el regimiento abandonó este lugar fue porque no tenían una zona privada para realizar sus ejercicios con los caballos, siendo siempre objeto de las miradas curiosas de los paseantes del lugar. Esto era perjudicial para los militares, dado que perdían la concentración durante sus entrenamientos llegando a haber en una ocasión alguna víctima mortal.

Cuando el Ejército de Caballería se trasladó al cuartel de San Pablo y quedó vacío el de la calle Vitoria, pasó a ser ocupado en 1932 por una compañía de Guardia de Asalto y por los ejemplares de sementales que pasaron al cuartel como su nueva estancia permanente. Fue derribado en 1980 cuando, vista la necesidad de crear más cuadras y realizar reformas, cerramientos, se construyen nuevos pabellones para alojar a los ejemplares equinos y, por tanto, el cuartel queda vacío.

Al pasar a ocupar el antiguo convento de San Pablo, este tuvo que ser remodelado para cubrir necesidades básicas de la milicia. La mayoría de ellas se llevaron a cabo en la parte baja del edificio, pues fue la destinada al alojamiento de los caballos. Se trataba de transformar los patios de los dominicos en una veterinaria, cuadras, picaderos y zonas de entrenamiento. Se trató de aprovechar la estructura del convento en la mayoría de lo posible y de reutilizar materiales de este que hubieran sido desechados para abaratar costes.

Fue al año siguiente, 1964, cuando el Ayuntamiento realizó la propuesta de adquirir el Cuartel de San Pablo con la idea de derribarlo para parcelar el solar y realizar nuevas construcciones que, sin embargo, no se llevarán a cabo hasta bastantes años más tarde. Esta compra no se realizó hasta el año 1966, al día siguiente del abandono del lugar por parte de las tropas. 

Inmediatamente el Ayuntamiento compró el lugar y ordenó finalmente su derribo en 1973. El Regimiento de Caballería que había permanecido allí durante 40 años fue objeto del cariño de la ciudad dado que, al desalojar tan rápido el lugar y poderse proceder a su derribo, el nuevo espacio libre saciaba la necesidad de urbanizar una zona tan importante de la ciudad.

La parte menos interesante de lo acontecido en este lugar fue el período entre el derribo del cuartel y la inauguración del Museo de la Evolución Humana en 2010. Durante estos 37 años el solar se utilizó como aparcamiento, algo que es necesario en el centro de una ciudad con cada vez más crecimiento pero que, por otra parte, anula toda la grandeza que había conseguido el lugar a lo largo de los siglos tanto por su historia como por su aspecto.

La historia del cuartel de Caballería y del resto de edificaciones que otorgaban a Burgos el título de “ciudad de los cuarteles” se encuentran repartidas en diferentes instituciones y exposiciones. En esta ciudad, el recuerdo más vivo de ellos se encuentra en el actual Museo Militar de Burgos, cuyo edificio se llena de historia tanto por dentro como por fuera, al tratarse del antiguo Palacio de Capitanía.

En 153 años que el Regimiento de Caballería España nº 11 estuvo en Burgos, son muchas las historias que quedaron recogidas en las zonas próximas al puente de San Pablo. En la memoria ciudadana ha ido pasando el nombre de San Pablo como un guiño a lo que allí quedaba y, de cuatro referencias, hoy en día sólo queda el puente.

Representación de los militares delante del cuartel de San Pablo. MUSEO MILITAR DE BURGOS

Esta historia ha quedado de alguna forma impresa. Para aquellos interesados, diversos libros y artículos se encuentran disponibles en la Biblioteca Pública de la ciudad. Quizá los más importantes para comprender una época tan larga y llena de cambios sean "Burgos y sus cuarteles" de Miguel Merino Megido y "Arquitectura Militar de Burgos" de Fernando Sánchez-Moreno del Moral.

8 siglos de evolución humana, desde su inicio como convento, que ahora pasan desapercibidos en los millones de años que el MEH intenta reflejar. Si en un tiempo Burgos fue considerada la "ciudad de los cuarteles", este espacio podría considerarse el "solar de los cambios", habiendo sido testigo de situaciones muy diferentes, cambiando de personalidad. Siendo hogar de clérigos y de militares, como aparcamiento de vehículos ya fueran de 4 patas o de 4 ruedas y acogiendo hoy a miles de turistas de todo tipo de nacionalidades y edades que no son conscientes de los cambios que ha sufrido el suelo que están pisando.

Entrevista

“Yo distingo entre arquitectura militar activa y pasiva”



Arquitecto, doctor en Historia del arte, nos reunimos con Fernando Sánchez-Moreno,
escritor de varios libros relacionados con la arquitectura militar de Burgos, para que nos cuente lo más característico de estos edificios.

Muchos de los títulos publicados por usted tienen relación con el mundo militar. ¿Por qué tanto interés?
Hice unas oposiciones al Ministerio de Defensa y estuve destinado a permanencia de obras. Tenía acceso al archivo militar. Cuando tuve que hacer la memoria de la licenciatura, de historia, la hi sobre la arquitectura militar de Burgos porque tenía yo las llaves del archivo. Si no lo hago yo no lo hace nadie.

¿Cuál era el motivo de que en Burgos hubiera tanta figura militar?
En el siglo XIX hubo bastantes unidades militares. Hubo tres guerras carlistas y Burgos tenía una situación estratégica de cara a los frentes del norte. Luego, en el siglo XX, el cuartel general de Franco estuvo en Burgos y aquí tenía unidades de toda clase.

¿Cuál cree que es el edificio que tenía un mayor esplendor?
La Academia de Ingenieros. Un edificio, para mi gusto, muy elegante.
Yo distingo en arquitectura militar activa, fortificaciones que intervienen en las batallas en aspecto defensivo y pasiva que no tienen un papel en las batallas.

¿Por qué el cuartel de Caballería estaba en un lugar tan céntrico?
El siglo XIX fue muy convulso, lleno de conatos de revoluciones, y querían asegurarse de que las ciudades no se unieran a una rebelión armada.

¿Por qué no se decidió conservar el cuartel en 1973?
Todos los Ayuntamientos han deseado, desde hace mucho tiempo, disponer de solares donde haya cuarteles que ya no se utilicen. De los Ayuntamientos depende que hacer en ellos según necesidades.

¿Dónde fue a parar todo lo que quedó allí?
En el año 1986 se hizo, en Burgos, un museo militar, yo formé parte de la comisión que lo hizo. El primer Museo Regional Militar de España. En sus almacenes se conservaron muchos de los recuerdos históricos.